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"Los proyectos solidarios requieren de personas nobles, de grandes ideales, que sostengan un espíritu de resistencia, ante la amenaza de los muchos que sostienen que nada se puede, menos sin recursos económicos. Nuestras almas son una gran alcancia que se llena por buenos augurios".
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Educamos para lograr el MAGIS IGNACIANO


1) - OBJETIVOS FUNDACIONALES

Con EXCELENCIA INTEGRAL FORMAMOS HOMBRES CRISTIANOS para los DEMAS y con los DEMAS,
bajo el Lema, SANTIDAD Y PERFECCIÓN.

Caracteriza la propuesta educativa de los Centros Educativos de la Fundación MAMA ANTULA, el espíritu del MAGIS IGNACIANO expresado en:

1.- La visión integral de la persona humana, abierta a la trascendencia, en búsqueda de Dios, a través de Jesucristo y la Iglesia;

2.- El liderazgo Ignaciano, para en todo amar y servir;

3.- La gestión educativa de calidad en procesos y resultados;

4.- La concepción integral de los procesos educativos como medio de una formación integral de la persona que incluya sus aspectos religiosos, humanos, intelectuales, afectivos, sociales y corporales;

con excelencia integral, Formamos hombres cristianos, para los demás y con los demás.
2) EL PROYECTO EDUCATIVO DEL INSTITUTO
SAN IGNACIO DE LOYOLA

El Proyecto Educativo del Instituto San Ignacio de Loyola, como para San Ignacio, no es el mucho saber, lo que importa, sino también el sentir, el saber con y el saber para. La calidad educativa se debe inscribir entonces en una teología y en una ética de los fines y los medios, subordinados siempre a la gloria de Dios, que es el bien de la persona humana

El fin último que pretende el Colegio es entonces la formación integral de las personas, en sus aspectos espirituales, intelectuales, afectivos y sociales, con sentido religioso, rigor intelectual, apertura de corazón, sensibilidad, creatividad y laboriosidad, para que puedan contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las familias y de la sociedad, en el marco del humanismo cristiano.

La Pedagogía Ignaciana inspira y alimenta nuestro Proyecto Educativo Institucional que busca la aplicación organizada y creativa de esta visión y esta misión en cada uno de los niveles y ciclos educativos del Instituto San Ignacio de Loyola.

La Pedagogía Ignaciana nos hace ser exigentes, ante todo con nosotros mismos, para no conformarnos con resultados mediocres y ocasionales, y nos urge en la renovación de nuestros métodos y en la actualización de la propuesta educativa.
3) SINTESIS DE LA MISION

ASPIRAMOS A SER una comunidad educativa inspirada en los valores del Evangelio y de la espiritualidad ignaciana que trabaja para formar personas conscientes, competentes, y solidarias, con raíces en su cultura, abiertos a su tiempo y al futuro.

RECONOCEMOS en la tarea evangelizadora de los Jesuitas raíces históricas de más de tres siglos de trayectoria espiritual y cultural en la Argentina, a la cual nos sumamos, la mejor promesa del compromiso educativo con la formación integral de personas para el Siglo XXI y el Tercer Milenio

QUEREMOS formar personas cristianas, líderes en la excelencia y en el servicio, a imagen de Jesús de Nazareth, capaces de una conversión personal a través de un corazón virtuoso y de una profunda preparación integral a través del desarrollo de sus talentos.

CONTAMOS con un grupo humano calificado profesionalmente y comprometido personalmente con una propuesta educativa sólida e innovadora, con trayectoria y apertura y con los recursos y medios necesarios y actualizados para los fines propuestos.
4) CARACTERISTICAS DEL ESTILO EDUCATIVO IGNACIANO

Para alcanzar la visión y la misión el Instituto San Ignacio de Loyola comparte un estilo educativo propio con los Colegios y escuelas jesuitas de Argentina y el mundo que básicamente se identifican en estas notas ignacianas:

a)- Una filosofía educativa que sustenta la totalidad de la propuesta educativa. Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola inspiran la finalidad última de la educación jesuita: ayudar a los alumnos a encontrar a Dios en todas las cosas, a descubrir su vocación humana y su misión en la vida, a servir a otros en el contexto de sus familias, sociedad y país, a estar abiertos desde la propia identidad a toda reflexión y acción digna de la persona humana, a aprender a discernir lo que es bueno o no para si mismo y para los demás.

b)- Un cuidado y seguimiento personal a cada uno de los alumnos. Nuestra educación trabaja no solo en la formación intelectual de los estudiantes, sino en su desarrollo espiritual, moral, afectivo y psicológico, y en la integración de todas éstas dimensiones. El seguimiento personal ayuda a alcanzar las metas de esta formación integral, en el marco de la comunidad educativa donde contamos con la participación activa de las familias.

c)- La búsqueda de la excelencia, en su concepción humana lo más integral y equilibrada posible, como nota distintiva, junto al aliento y desarrollo de los talentos personales de cada alumno. Es el Magis Ignaciano que nos mueve a multiplicar al máximo posible los dones recibidos de Dios y a promoverlo en todo el ambiente del Instituto San Ignacio de Loyola pues el proceso formativo abarca todos los espacios de la vida escolar

d)- Insistencia en un pensamiento reflexivo, crítico y en una comunicación interpersonal madura y efectiva según la etapa evolutiva de cada uno.
La Educación Jesuita se distingue por llegar al corazón humano en el proceso de formación integral. Queremos crear las condiciones para el desarrollo de un pensamiento reflexivo, de un razonamiento claro y lógico, y de capacidades interpersonales de comunicación oral y escrita. Queremos enseñar a pensar y a interpretar con espíritu crítico el cúmulo de datos que nos inunda y a actuar con rectitud.

e)- La búsqueda de una educación abierta e integral, no cerrada en la especialización apresurada, y capaz de dialogar con su tiempo.
Se busca formar la sabiduría que va unida a la conciencia más que habilidades instrumentales, sin desconocer su importancia pero jerarquizando su lugar.
Una profunda formación humanística está en el centro de nuestra Propuesta curricular.

f)- Un compromiso sincero con la fe que construye justicia, en diálogo con la cultura. Como Instituto San Ignacio de Loyola buscamos que nuestros alumnos integren en su identidad personal una visión madura y coherente de la fe cristiana con un compromiso auténtico para transformar los aspectos deshumanizados e injustos de la realidad, a través del conocimiento, el trabajo y el servicio a los demás. Transformación que comienza en la propia conversión de corazón como testimonio de amor cristiano, a través de la experiencia personal de la amistad con Jesucristo y de la confianza en la ternura de María, Nuestra Señora de Monserrat.

g)-Un sentido del tiempo que ubica a la educación como un camino de largo aliento, y tarea de toda la vida. Como en toda siembra, los resultados no se ven inmediatamente. Comenzamos un proceso de formación integral, junto a las familias, que no finaliza al terminar los años de la educación formal. Rechazamos por tanto una concepción inmediatista que reduce la educación a un producto instantáneo.
5) NUESTRO MODELO PEDAGOGICO IGNACIANO

Respetando la diversidad de propuestas educativas de nuestra sociedad, nuestro modelo educativo se perfila con las siguientes dimensiones:
1.- Asumimos y actualizamos la trayectoria educativa de la Compañía de Jesús
especialmente en :
1.1. La atención personal de los alumnos y los sistemas de orientación y tutorías, mediante el conocimiento y la aceptación de su persona y contexto, valorando no solo el rendimiento académico, sino las cualidades humanas, necesidades e intereses, y teniendo en cuenta no solo resultados coyunturales sino todo el proceso educativo.
1.2. La atención e interés por los aspectos comunitarios y pro-sociales de los alumnos, su capacidad de reflexionar y comunicarse en grupo, de convivir y trabajar por los demás a través del apostolado social y el servicio comunitario
1.3. La exigencia y firmeza en el estudio serio y profundo, en el cumplimiento de las normas, en el trabajo responsable, y bien hecho, personal y grupal, y en las demás actividades de la vida escolar
1.4. La cooperación y participación responsable de los alumnos en su propia formación, de acuerdo a la etapa evolutiva y a sus contextos.
1.5. La libertad de expresión e iniciativa de todos los miembros de la comunidad educativa, supuesto el respeto a la dignidad de las personas y el ejercicio de la responsabilidad por la misión de cada uno.
1.6. La apertura a los nuevos métodos y técnicas educativas, y la alfabetización en nuevas tecnologías según el contexto de las necesidades y demandas de la sociedad y la cultura.
2.- La adopción del Modelo Pedagógico Ignaciano.

La Pedagogía ignaciana es el camino por el que los docentes acompañan y motivan a los alumnos en su crecimiento y desarrollo.
Incluye una perspectiva del mundo, de Dios, de la vida y una visión de la persona humana ideal que se pretende formar.
Es un proceso consciente y dinámico, en el cual cada uno de sus pasos se integra, de tal manera que, se afectan e interactúan durante todo el proceso.
Promueve y motiva, así, un crecimiento constante en las personas o grupos de personas, afectando siempre la realidad involucrada, ya sea personal, grupal o institucional.
Se desarrolla en cinco momentos o pasos:
2.1. Situar la realidad en un contexto de aprendizaje, personal, familiar institucional y en un contexto de la época, espiritual, cultural, social, económico y político.
2.2. La experiencia, que va más allá de la comprensión meramente cognitiva y afecta a toda la persona que aprende, mente, corazón y voluntad y a todos los ámbitos del Colegio. Si el sentimiento interno no se une al conocimiento intelectual el aprendizaje no moverá a la acción. Y es aprendizaje el encuentro fraternal, la celebración, la actividad del aula y las actividades extra-muros.
2.3. La reflexión, descubriendo el sentido de la experiencia, directa o indirecta, propia o ajena, aprendiendo a comprender, entender y juzgar, a investigar y pensar, a razonar, a argumentar y a discernir.
2.4. La acción, consecuente con los pasos anteriores, expresada en la decisión y en las acciones internas y externas correspondientes, movilizando y ejercitando la voluntad.
2.5. La evaluación, de las acciones y procesos, enseñando a hacer las cosas correctas, lo mejor posible, y bien hechas desde el principio. La evaluación no se refiere solo al proceso de aprendizaje de los alumnos sino a todos los procesos de la institución educativa.

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Obra de Valeria Ledesma

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Madre ejemplar

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Campus Educativo y Social MAMA ANTULA

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